De optativa, esa presencia en redes suele tener poco.

porque la precariedad acaba generando inseguridad, te acabas cuestionando si el hecho de que no te paguen lo que toca, o no consigas más colaboraciones dignas, es porque tu trabajo no es válido y necesitas que alguien te diga que no es así.

Al final tu cuenta personal es profesional, un ámbito más como podría ser una oficina.

Tenemos como esa fantasía de que los likes representan un capital económico”

La peña que está marcando las reglas de este juego no tiene por qué tener exposición en redes, no la necesita. Ellos no dependen de que el empresario les vaya contratando para ver si ese mes llegan a pagar el alquiler. Al final casi que la intimidad se ha convertido en un privilegio de clase.

Apenas dormimos pero que estamos genial y contentas con la vida que tenemos. Como si la autoexplotación nos convirtiera en seres felices.