Y es que a la familia le pasa lo mismo que a la infancia: que, aunque no lo parezca, es un callejón sin salida; por más que lo intentes, no consigues odiarla lo suficiente para salir de allí, para alejarte e inventarte tu propia vida o, lo que es lo mismo, tu propio y singular infierno. Así que, por lo general, sigues viviendo en el de tu padre, o en el de tu madre, o en el de ambos, si no tienes mucha suerte, como es mi caso. (Location 143)
¿cómo iba a contarle a mi madre, a la que le habría parecido una incalificable falta de respeto que yo mandara a «tomar por el culo» a mi antiguo profesor de francés, que no solo lo hacía con la mayor naturalidad cuando se presentaba el caso, sino que, además, él y yo ya llevábamos años dándonos materialmente por allí? (Location 206)
Lo más desconcertante entonces era percibir que aquellos golpes me consolaban un tanto, de alguna manera muy confusa y todavía inexplicable para mí. (Location 292)
¡Pobre Miguel! Siempre deslumbrado por esa lógica aplastante que tan a menudo le inducía a error, porque no es la lógica precisamente lo que gobierna el mundo. (Location 587)
Escribir —no quiero decir ser rico y famoso, sino escribir— es una experiencia incomparable. No tiene equivalente. Yo la encuadraría junto a la lista de las grandes pasiones humanas, como el amor, la piedad, el odio, aunque en un registro mucho más específico que las demás, puesto que en definitiva tampoco es algo común que esté al alcance de cualquiera. En efecto, todos los seres humanos pueden odiar, llegado el caso, o amar, pero para escribir hay que ser un escritor. Es decir, que se trata de un don y por lo tanto, como todos los demás dones de este mundo, tiene su precio. Y hay que pagarlo. (Location 830)
Miguel —igual que Foucault, que dedicó a ello sus últimos libros— lo llamaba amistad, pero era amor, amor de verdad: un amor libre y distinto, que tenía lugar entre hombres y que, sin la menor duda, bebía en esa vieja tradición humana que, junto con el pensamiento y el culto por la belleza, se ha convertido en símbolo de la Grecia clásica. (Location 950)
La historia humana es una sarta interminable de idioteces ridículas, ocupaciones absurdas, comercios inverosímiles y comportamientos colectivos vergonzosos e inexplicables. Y la razón no es otra que nuestro atávico deseo de obedecer a alguien que elija por nosotros lo que corresponde hacer con nuestra vida. (Location 977)
Por más pringoso que parezca, en tales casos no hay más remedio que defenderse a toda costa y a voz en grito, si procede; algo que yo no he sido capaz de hacer nunca, ni siquiera a medias. (Location 1458)
Y fue así como comprendí, demasiado tarde por desgracia, la razón por la que aquel hombre —el agente literario de los viernes— me había pedido que lo dejara todo en sus manos y que ni siquiera llamase por teléfono. (Location 1885)
avanzaba en mi relato, casi sin darme cuenta me fui contagiando de su risa y descubriendo, asombrado, la comedia que se ocultaba en aquella nueva y desconocida versión de mi drama. (Location 2044)
que me metiera mi puta lucidez por el culo y que le dejase seguir soñando en paz que todavía no era un paria y que aún tenía posibilidades de conseguir algo. (Location 2247)
Y es que a la familia le pasa lo mismo que a la infancia: que, aunque no lo parezca, es un callejón sin salida; por más que lo intentes, no consigues odiarla lo suficiente para salir de allí, para alejarte e inventarte tu propia vida o, lo que es lo mismo, tu propio y singular infierno. Así que, por lo general, sigues viviendo en el de tu padre, o en el de tu madre, o en el de ambos, si no tienes mucha suerte, como es mi caso. (Location 143)
¿cómo iba a contarle a mi madre, a la que le habría parecido una incalificable falta de respeto que yo mandara a «tomar por el culo» a mi antiguo profesor de francés, que no solo lo hacía con la mayor naturalidad cuando se presentaba el caso, sino que, además, él y yo ya llevábamos años dándonos materialmente por allí? (Location 206)
Lo más desconcertante entonces era percibir que aquellos golpes me consolaban un tanto, de alguna manera muy confusa y todavía inexplicable para mí. (Location 292)
¡Pobre Miguel! Siempre deslumbrado por esa lógica aplastante que tan a menudo le inducía a error, porque no es la lógica precisamente lo que gobierna el mundo. (Location 587)
Escribir —no quiero decir ser rico y famoso, sino escribir— es una experiencia incomparable. No tiene equivalente. Yo la encuadraría junto a la lista de las grandes pasiones humanas, como el amor, la piedad, el odio, aunque en un registro mucho más específico que las demás, puesto que en definitiva tampoco es algo común que esté al alcance de cualquiera. En efecto, todos los seres humanos pueden odiar, llegado el caso, o amar, pero para escribir hay que ser un escritor. Es decir, que se trata de un don y por lo tanto, como todos los demás dones de este mundo, tiene su precio. Y hay que pagarlo. (Location 830)
Miguel —igual que Foucault, que dedicó a ello sus últimos libros— lo llamaba amistad, pero era amor, amor de verdad: un amor libre y distinto, que tenía lugar entre hombres y que, sin la menor duda, bebía en esa vieja tradición humana que, junto con el pensamiento y el culto por la belleza, se ha convertido en símbolo de la Grecia clásica. (Location 950)
La historia humana es una sarta interminable de idioteces ridículas, ocupaciones absurdas, comercios inverosímiles y comportamientos colectivos vergonzosos e inexplicables. Y la razón no es otra que nuestro atávico deseo de obedecer a alguien que elija por nosotros lo que corresponde hacer con nuestra vida. (Location 977)
Por más pringoso que parezca, en tales casos no hay más remedio que defenderse a toda costa y a voz en grito, si procede; algo que yo no he sido capaz de hacer nunca, ni siquiera a medias. (Location 1458)
Y fue así como comprendí, demasiado tarde por desgracia, la razón por la que aquel hombre —el agente literario de los viernes— me había pedido que lo dejara todo en sus manos y que ni siquiera llamase por teléfono. (Location 1885)
avanzaba en mi relato, casi sin darme cuenta me fui contagiando de su risa y descubriendo, asombrado, la comedia que se ocultaba en aquella nueva y desconocida versión de mi drama. (Location 2044)
que me metiera mi puta lucidez por el culo y que le dejase seguir soñando en paz que todavía no era un paria y que aún tenía posibilidades de conseguir algo. (Location 2247)