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Highlights

lo más interesante es que estudios recientes revelan que personas que usan semaglutida, el principio en el que se basa Ozempic, presentan una menor tendencia a desarrollar trastornos por uso de alcohol y otras drogas adictivas. Este fármaco regula el sistema de recompensa del cerebro, que suele fallar en casos de adicción, lo que explica estos efectos positivos. El hackeo del cerebro puede permanecer tras dejar de tomarlas, explica Bronwyn Thompson en New Atlas (en inglés). (View Highlight)

En la antigüedad, la humanidad ha tratado de controlar y modificar sus deseos mediante la meditación y la oración, por la vía mística. El siglo XX nos trajo medicamentos antidepresivos y antiansiedad. Ahora sumamos a la generación Ozempic otras vías todavía tentativas como la neuromodulación o los implantes cerebrales. (View Highlight)

La mente siempre ha sido un juguete del cuerpo, dijo el filósofo. Ahora empiezan a intercambiar los papeles. (View Highlight)

Cerramos el tema con un artículo sobre un aspecto central, científica y culturalmente, del verano. “Cuando llega el calor… ¿los chicos se enamoran?” Fran Sánchez en Alimente conversa con un neurólogo y un sexólogo para indagar en aspectos clave como “¿Es la brisa? Podría ser. ¿Es el sol? Por supuesto” (View Highlight)