- Tags:: #✒️SummarizedBooks , #📚Books , [[Fiction]], [[Thriller]], [[Sexuality]] - Author:: [[Vladimir Nabokov]] - Liked:: #3/5 - Link:: [Lolita (novela) - Wikipedia, la enciclopedia libre](https://es.wikipedia.org/wiki/Lolita_(novela)) - Source date:: [[1955-01-01]] - Read date:: [[2023-03-08]] - Cover:: ![[cover_lolita_nabokov.png|100]] ## Why did I want to read it? Lo reconozco, me he leído esto principalmente porque las referencias de [[📺 Pretty Little Liars]]. Lo tenía pendiente (e.g., lo recomendaron en [[Club de lectura de Ubik]]), pero esto ha sido el empujón definitivo. ## What did I get out of it? ¿Pero cuál era la intención de esto? ¿Qué me he leído? Luego dicen de Mediaset pero esto es un morbo... feísimo. ### Vamos, que el pavo es un pedófilo >Lolita no hubiera podido existir para mí si un verano no hubiese amado a otra niña iniciática. (p. 15) >Durante mis relaciones con las mujeres, regidas siempre por el principio higiénico de que no deben almacenarse en el organismo aquellos humores susceptibles de volverse rancios... (p. 22) >...hay muchachas, entre los nueve y los catorce años de edad, que revelan su verdadera naturaleza, que no es la humana, sino la de las ninfas (es decir, demoníaca), a ciertos fascinados peregrinos, los cuales, muy a menudo, son mucho mayores que ellas (hasta el punto de doblar, triplicar o incluso cuadruplicar su edad). Propongo designar a esas criaturas escogidas con el nombre de nínfulas. (p. 24) >ha de existir una brecha de varios años-nunca menos de diez, diría yo, treinta o cuarenta, por lo general, e incluso noventa, en algunos pocos casos conocidos-entre nínfula y hombre para que éste pueda caer bajo su hechizo. Es una cuestión de ajuste focal, de cierta distancia que el ojo interior supera lleno de placentera emoción y de cierto contraste que la mente percibe con un jadeo de perverso deleite. (p. 25) >Las hembras humanas que me era permitido utilizar no servían más que como agentes paliativos. Estoy convencido de que las sensaciones provocadas en mí por la fornicación natural eran muy semejantes a las sentidas por los machos adultos normales cuando copulan con sus cónyuges adultas normales siguiendo ese ritmo que sacude el mundo. Lo malo era que esos caballeros no habían tenido vislumbres de un deleite incomparablemente más punzante, y yo sí... (p. 26) >Dos años más, y habría dejado de ser una nínfula para convertirse en una «jovencita», y poco después pasaría a ser el colmo de los horrores: una «universitaria». (p. 82) >Y a la hora en que pasaba el autobús escolar, sonriendo y con una contracción muscular (descubrí ese tic nerveux porque la cruel Lo fue la primera en imitarlo ridiculizándolo), aparcaba en un punto estratégico, con mi errante colegiala jun to a mí en el automóvil, para observar a las niñas que salían de la escuela, una visión siempre agradable. Eso pronto empezó a hastiar a mi fácilmente hastiable Lolita, y, como tenía una infantil aversión hacia los caprichos de los demás, se burlaba de mí y de mi deseo de que me acariciara mientras pequeñas morenas de ojos azules con pantalones cortos azules, o pelirrojas con boleros verdes, o rubias inciertas, de aire amuchachado. con pantalones descoloridos, pasaban junto a nosotros bajo el sol. (p. 198) Absolutamente repugnante: >hacia 1950 debería buscar la manera de librarme de una adolescente difícil que habría perdido su magia de ninfula, hasta acariciar la idea de que con paciencia y suerte podría, tal vez, hacerla concebir otra nínfula con mi sangre en sus exquisitas venas, una segunda Lolita que hacia 1960 tendría ocho o nueve años. cuando yo estaría aún dans la force de l'age. (p. 214) Y un misógino: >Una y otra vez el incansable Humbert evocó mentalmente a Charlotte desde el punto de vista erótico. Estaba bien formada y se cuidaba mucho, eso no podía negarse, y era la hermana mayor de mi Lolita; pero sólo podía aferrarme a esta última idea si me esforzaba por ver de un modo ideal, no real, sus rotundas caderas, sus redondeadas rodillas, su prominente busto, la áspera piel rosada de su cuello («áspera» en comparación con la miel y la seda) y el resto de los atributos de ese ser insignificante y aburrido que es una mujer hermosa. (p. 91) > Mi solemne exasperación era para ella \[Charlotte\] el silencio del amor (p. 97) > Mentalmente, la \[a Lolita\] la consideraba una chiquilla de lo más convencional. (p. 181) Vamos, una violación: >Había conseguido hacer mía a Lolita sin que se notara, con total impunidad. (p. 76) Esto no se lo cree ni él. Pero me recuerda a cómo el prota de [[📺 You S04]] también intenta "oponerse a su naturaleza": >a pesar del fuego insaciable de mi apetito venéreo. me proponía, con la fuerza de voluntad y la previsión más fervientes, proteger la pureza de aquella niña de doce años. (p. 79) Lo que sea, que sea joven: >...fui despertado por una cópula gratuita y horriblemente agotadora con un pequeño y velludo hermafrodita, por completo desconocido para mí. (p. 136) Deep dive sobre la pedofilia (que no termino de entender): >A decir verdad, es muy posible que la atracción que ejerce sobre mí la inmadurez resida no tanto en la limpidez de la belleza infantil, inmaculada, prohibida, cuanto en la seguridad de una situación en que perfecciones infinitas colman el abismo entre lo poco concedido y lo mucho prometido... aquella carne rosada que nunca conseguirás. (p. 325) (Me cuenta [[Humber]] que el término técnico en realidad es [[Hebefilia]], porque es atracción por la gente que está en la pubertad). ### Proyecta >Lo que me enloquece es la naturaleza ambigua de esa ninfula -de todas las ninfulas, quizás ; esa mezcla que percibo en mi Lolita de tierna y soñadora puerilidad y una especie de desconcertante vulgaridad. (p. 58) >De pronto, supe que podía besar su cuello o la comisura de sus labios, con absoluta impunidad. Supe que me dejaría hacerlo, y hasta que cerraría los ojos, como enseña Hollywood. Le parecería algo tan normal como zamparse un helado de vainilla y chocolate. No puedo explicar a mi erudito lector - cuyas cejas, supongo, habrán viajado ya hasta el cogote de su calva cabeza- como lo supe; (p. 62) >¡Oh, tenía que vigilar con ojos atentos a Lo, a la voluble Lolita! Quizás a causa del constante ejercicio amatorio, a pesar de su aspecto infantil, irradiaba cierto lánguido fulgor que provocaba en los empleados de las estaciones de servicio, en los botones de hotel, en los dueños de automóviles lujosos y en los jovenzuelos morenos tumbados junto a piscinas azuladas estallidos de concupiscencia que habrían acicateado mi orgullo de no haber lacerado mis celos. Pues Lolita tenía conciencia de aquel fulgor suyo, y solía pescarla coulant un regard hacia algun macho amistoso... (p. 196) >Siempre que, metafóricamente hablando, Lo iba de un lado para otro meneando el trasero, es decir, haciéndose notar, cómo hacen todas las putillas, invariablemente, un sonriente desconocido se nos acercaba... (p. 202) Y luego todos sus celos cuando habla con maromos más adelante (que lo ve como algo mucho más oscuro de lo que probablemente estaba en la mente de Lolita). ### Autojustificación >Y no tenemos, como tenían los orientales de mayor alcurnia en épocas más lujuriosas, a menudas bailarinas de las que gozar entre el cordero y el sorbete de rosas. El caso es que el antiguo vínculo entre el mundo adulto y el infantil ha sido escindido en nuestros días por nuevas costumbres y nuevas leyes. (p. 153) >El psicoterapeuta infantil que hay en mí (un farsante, como lo son casi todos... pero esto no importa ahora) regurgitaba un picadillo neofreudiano y conjuraba a una Dolly sonadora y desaforada, en el período de «latencia» de su niñez. (p. 153) >Si me recreo algún tiempo en los temores y vacilaciones de esa noche distante, es porque insisto en demostrar que no soy, ni fui nunca, ni pude haberlo sido, un canalla brutal. Las regiones apacibles y vagas en que reptaba eran el patrimonio de los poetas, no el acechante terreno del delito, Si hubiera llegado a mi meta, mi éxtasis habría sido todo suavidad, un caso de combustión interna cuyo calor apenas habría sentido Lolita, aun completamente despierta. Pero seguía esperando que mi nínfula se sumergiera en una plenitud de estupor que me permitiera gozar de algo más que de un vislumbre de su cuerpo. (p. 161) >... no me interesa en absoluto el llamado «sexo». (p. 164) >...mayoría de los delincuentes sexuales que anhelan un contacto palpitante y queles haga emitir suaves gemidos, físico, pero no forzosamente copulativo, con una jovencita son seres raros, inocuos, inadaptados, pasivos. tímidos, que sólo piden a la comunidad que les permita dedicarse a sus prácticas, casi inofensivas, por más que las llamen aberrantes, a sus ínfimas, cálidas, húmedas prácticas de privada desviación sexual, sin que la policía y la sociedad caigan sobre ellos. ;No somos demonios sexuales! ¡No violamos como los buenos soldados! (p. 110) Pero sabe perfectamente que le reventó la vida: >[Lolita] No encontró las palabras. Se las proporcioné mentalmente («Él [Dick, con quien huyo de Humbert] me destrozó el corazón. Tú destrozaste mi vida»). (p. 343) >Te quería. Era un monstruo pentápodo, pero te quería. Era despreciable, y brutal, y lascivo, y cuanto pueda imaginarse, mais je t'aimais, je t'aimais! Y había momentos en que sabía todo cuanto sentías, y saberlo era un infierno, pequeña mía. (p. 350) ### Con su cosas Él se tenía en una consideración estupenda: >...mientras pasaba junto a ella en mi disfraz de adulto -un buen pedazo, alto y atractivo, de cine matográfica masculinidad... (p. 52) Este señor tenía [[Loneliness]]: >El lector lamentará saber que, poco después de mi regreso a la civilización, tuve otro ataque de locura (si puede aplicarse ese término cruel a un acceso de melancolía y una sensación de angustia insoportable). (p. 45) Estuvo en un sanatorio y quería mantenerlo en secreto (p. 118) Y estaba fatal. Señores, por favor, vayan al psicólogo: >... no sentí la menor añoranza de aquella pérdida en ningún momento de mi juventud, por más que los psicoanalistas me lo preguntaron con salvaje insistencia en mis períodos de depresión posteriores. Pero admito que un hombre con mi capacidad de imaginación no puede alegar una ignorancia personal de las emociones universales. Tal vez di demasiada importancia a las relaciones anormalmente frías entre Charlotte y su hija. Con todo, la causa fundamental de esto que acabo de exponer era algo muy triste para mí: a lo largo de nuestra singular y bestial cohabitación se había hecho cada vez más claro, para mi convencional Lolita, que aun la más miserable de las vidas familiares era preferible a aquella parodia de inCesto que, en definitiva, fue lo único que pude ofrecer a la pobre huérfana. (p. 353) Habla de un perro de verdad que estaba jugando con Lolita, pero... >¿Se ha parado alguien a considerar el trauma que se le puede causar a un chucho al dejar de jugar con él de manera tan abrupta? (p. 293) ### "Acerca de un libro titulado 'Lolita'" #### Pornografía Esta edición tenía un epílogo de Nabokov explicando algunas movidas bastante interesantes del contexto del libro. Él considera que no es un libro pornográfico porque ni es mediocre ni tiene escenas cochinas cada vez más fuertes (p. 384). >No me importó que lo consideraran o no pornográfico. Su negativa a comprar el libro no se basaba en mi tratamiento del tema, sino en el tema mismo, pues hay, por lo menos, tres temas absolutamente prohibidos para casi todos los editores nor-teamericanos. Los otros dos son: un casamiento entre negro y blanca, o viceversa, armonioso y feliz, que fructifique en montones de hijos y nietos, y el ateo total que lleva una vida feliz y útil y muere mientras duerme a los ciento seis años. (p. 385) >El editor Y, por su lado, lamentó que no hubiera personas buenas en el libro. (p. 385) Haya paz: >...mi personaje, Humbert, es un extranjero anarquista, y hay muchas cosas, además de las nínfulas, con respecto a las cuales no estoy de acuerdo con él. (p. 387) Y la censura: >Es muy cierto que mi novela contiene varias alusiones a las necesidades fisiológicas de un pervertido. Pero, después de todo, no somos niños, ni delincuentes juveniles analfabetos, ni alumnos de escuelas públicas inglesas que, tras una noche de juegos homosexuales, deben soportar la paradoja de leer a los clásicos en versiones expurgadas. (p. 388) #### "¿Pero para qué leerse esto?" Coincide con [[C. S. Lewis]] en [[📖 La experiencia de leer]]: >Hay gentes sencillas que declararán sin sentido a Lolita porque no les enseña nada. No soy lector ni autor de novelas didácticas, y, a pesar de lo que diga John Ray, Lolita carece de pretensiones moralizantes. Para mí, una obra de ficción sólo existe en la medida en que me proporciona lo que llamaré, lisa y llanamente, placer estético, es decir, la sensación de que es algo, en algún lugar, relacionado con otros estados de ánimo en que el arte (curiosidad, ternura, bondad, éxtasis) es la norma. Todo lo demás es hojarasca temática o lo que algunos llaman la Literatura de Ideas, que a menudo no es más que hojarasca temática solidificada en inmensos bloques de yeso cuidadosamente transmitidos de época en época, hasta que al fin aparece alguien con un martillo y le hace una buena raja a Balzac, a Gorki, a Mann. (p. 386) >Para que estas declaraciones no se tomen como una ventilación de quejas o agravios, me apresuraré a agregar que, ade.más de las almas de cántaro que leyeron el original de Lolita, o su edición de la Olympia Press, con un espíritu de «Por qué tuvo que escribir esto?», o «¿Por qué tengo que leer historias acerca de maníacos?», hubo algunas personas sensatas, sensibles y de sólidos principios que entendieron mucho mejor mi libro que cuanto pueda explicar aquí acerca de su mecanismo. (p. 387) >Es pueril estudiar una obra de ficción sólo para informarse acerca de un país, o una clase social, o el autor. Y, sin embargo, uno de mis amigos más íntimos, después de leer Lolita, se mostró sinceramente preocupado (!) de que yo viviera «entre gentes tan deprimentes», cuando la única incomodidad que he experimentado de veras ha sido la de vivir en mi taller... (p. 388) ### Other stuff - Al margen de la movida chunga, es un medio thriller curioso. Al margen de lo escandaloso de la pedofilia, la historia per se, la imaginería, se me ha hecho muy interesante y muy vívido. - Me hace gracia descubrir que el mito de la Lolita viene no tanto del personaje de Lolita en si, si no de la mirada masculina que proyecta Humbert sobre ella. No sé quién era ella de verdad. - ¿No será Lolita un poco mi [[Humber]]? >Casi siempre \[Lolita\], con aquel aire cansino y hastiado que cultivaba cuando caía postrada y abominablemente deseable en una butaca... (p. 180) - ¿No seré yo un prostituto hospitalario? >...un gen mágico que iluminaba automáticamente su rostro en atávico recuerdo de un antiguo rito de bienvenida -prostitución hospitalaria, dirá tal vez el lector grosero-. (p. 351) - Cuando da con otro pedófilo y se reconocen. BTW, ondinista es que le tiene la parafilia de la lluvia dorada! >No usaba estilográfica, cosa que habría significado -como explicaría cualquier psicoanalista- que era un ondinista reprimido. (p. 308) - Otro como [[William Zinsser]] y su ![[📖 On writing well#^dec9b8]] >... pertenezco a esa clase de autores que al empezar a escribir un libro no tienen otro propósito que librarse de el... (p. 381) - La tiranía del inglés: >tuve que abandonar mi idioma natural, mi libre, rica, infinita-mente dócil lengua rusa, por un inglés mediocre, desprovisto de todos esos aparatos (p. 389) - El intermediario siempre puede censurar, como cuenta Nabokov que podía hacer el servicio de correos americano al distribuir las revistas (p. 386), igual que ahora lo pueden hacer los dueños de las [[RRSS]]. - Las referencias a [[📺 Pretty Little Liars]], aunque extremadamente superficiales. Básicamente: - Un poco el carácter de Allison, que sería el de Lolita. - Los nombres de algunos personajes: Charlotte, Mona Dahl, Vivian Darkbloom... - Los puzzles de "A", que recuerda un poco a los juegos que hace el autor aquí con las matrículas (p. 310, 339). - Clarividencia: >Calculo que en su forma impresa, este libro será leído en los primeros años del siglo XXI después de Cristo (1935 y unos ochenta o noventa años más: te deseo una larga vida, amor mío); llegados a este punto, los lectores más ancianos recordarán, sin duda, la inevitable escena de las películas del Oeste de su niñez. (p. 367)